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A las 6 y pico

Caterpillar

Caterpillar

Estábamos en un pueblo de montaña, lo recuerdo porque a través del parabrisas podía ver los picos nevados. Habíamos comido o íbamos en dirección a restaurante a comer. Viajábamos en una camioneta roja enorme, tipo Dodge Ram, de esas gigantescas. Lo curioso es que quien conducía era mamá, que ni siquiera tiene licencia ni nunca ha tenido, con su tamañito no creo que ni siquiera llegaría a los pedales, pero sí, era ella la que conducía. En un momento de atasco nos detuvimos justo detrás de un camión enorme, me recordaba a los volquetes mineros de Chuqui. Pero éste no llevaba material sino que cargaba un montón de  de varillas de hierro, atadas en fajos, para la construcción pensé. Yo que iba en el asiento trasero podía ver como asomaban los extremos de las varillas por detrás del camión. De pronto una de ellas, como si la hubiesen cogido con la mano empezó a deslizarse de entre el atado, al principio no nos dimos cuenta pero luego pudimos ver como se acercaba a nosotros, lentamente, no podíamos movernos por el atasco, tampoco usamos el claxon para llamar la atención del camionero, solo vimos impávidos como la varilla de hierro se acercaba lentamente al parabrisas, lo perforaba y entraba en la camioneta, sin dañar a nadie. Me bajé indignado a encararme con el chófer del camión pero una vez estuve en frente de la puerta del conductor, el camión ya no era tan grande, parecía mas bien una camioneta, blanca, pero no tenia nada que la identificara, ni matrícula ni adhesivos de la empresa, ni ninguna señal que pudiera indicar a quien reclamarle, tampoco vi al camionero o conductor. Tampoco se explicaba cómo lo que desde el interior de nuestra camioneta parecía un camión muy alto, pero que en realidad era una camioneta más baja que la nuestra pudo deslizarse una varilla que perforó el parabrisas. Cuando bajé y viendo la camioneta blanca pensé que la varilla debería haberse movido desde abajo hacia arriba, pero cuando estábamos en el interior de la nuestra  todos vimos que llegaba desde arriba hacia abajo. En la calle estaban los dos coches solos en medio del atasco, que no era atasco, lo único que seguía igual eran las montañas y el sol.

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